Una rubia que quiere ganar algo de dinero

Una rubia, queriendo ganar algo de dinero, decidió trabajar como manitas y empezó a sondear un barrio rico.

Ella fue a la puerta principal de la primera casa y le preguntó al dueño si tenía algún trabajo para que ella hiciera.

—Bueno, puedes pintar mi porche. ¿Cuánto me cobrarías?

La rubia dijo: “¿Qué tal 50 dólares?”

El hombre estuvo de acuerdo y le dijo que la pintura y otros materiales que pudiera necesitar estaban en el garaje.

La esposa del hombre, dentro de la casa, escuchó la conversación y le dijo a su marido:

¿Se da cuenta de que el porche rodea toda la casa?

El hombre respondió: “Debería, estaba parada sobre él”.

Poco tiempo después, la rubia llegó a la puerta para recoger su dinero.

Sí”, respondió la rubia, “y me sobró pintura, así que le di dos manos”.

Impresionado, el hombre metió la mano en el bolsillo para sacar los 50 dólares.

“Y por cierto”, añadió la rubia, “no es un Porch, es un Ferrari”.