Una cita sorpresa

Un hombre que vivía en un bloque de apartamentos quería comprobar si estaba lloviendo o no, así que abrió la ventana y me tendió la mano. 

Pero mientras lo hacía, un ojo de vidrio cayó en su palma. Mirando hacia arriba para ver de dónde había venido,

vio a una mujer mirando hacia abajo desde un apartamento en el último piso.


“¿Esto es tuyo?” preguntó, sosteniendo el ojo de vidrio.
“Sí”, respondió ella. “¿Podrías mencionarlo?”


Llevó el ojo de vidrio al departamento de la mujer, y ella estaba tan agradecida por haber regresado a salvo que le ofreció un trago. 

Luego ella le preguntó si le gustaría quedarse a cenar y él aceptó la invitación. 

Tuvieron una deliciosa comida, al final de la cual ella de repente se inclinó y lo besó.


El hombre se sorprendió y preguntó: “¿Te comportas así con todos los hombres que conoces?”


“No”, dijo ella. “Solo aquellos que me llaman la atención”.