Un joven contratado por un supermercado se presentó para su primer día de trabajo.
El gerente lo saludó con un cálido apretón de manos y una sonrisa, le dio una escoba y le dijo:
“Tu primer trabajo será barrer la tienda”.
“Pero soy un graduado universitario”, respondió indignado el joven.
Oh lo siento
No lo sabía”, afirmó el directivo.
“Toma, dame la escoba; te mostraré cómo”.