Un hombre decide aprovechar la ausencia de su mujer para pintar el asiento del inodoro.
La esposa llega a casa antes de lo esperado, se sienta y el asiento se queda pegado a su trasero.
Es comprensible que ella esté angustiada por esto y le pide a su marido que la lleve al médico.
Ella se pone un abrigo grande para tapar el asiento atascado y se van.
Cuando llegan al médico, el hombre levanta el abrigo de su esposa para mostrarle su situación.
El hombre pregunta: “Doctor, ¿ha visto alguna vez algo parecido?
“Bueno, sí”, responde el médico, “pero no enmarcado de esa manera”.