Un camionero conducía por la carretera cuando vio a un sacerdote al costado de la carretera.
Se detuvo para recoger al sacerdote y llevarlo.
Un poco más adelante, el camionero vio a un abogado al costado de la carretera.
Puso el camión en dirección directa al abogado.
Luego pensó ‘Oh no, tengo un sacerdote en la camioneta’. ¡No puedo atropellar a este abogado!’
y en el último segundo el camionero giró bruscamente para esquivar al abogado.
Pero el conductor del camión escuchó un golpe fuera del camión.
Miró por el espejo retrovisor pero no vio nada.
Se volvió hacia el sacerdote y le dijo: ‘Lo siento, padre, no encontré a ese abogado al costado de la carretera’.
El cura dijo ‘No te preocupes hijo, lo tengo con mi puerta’