Tres pacientes de una institución psiquiátrica se preparan para un examen realizado por el psiquiatra jefe.
Si aprueban el examen, podrán salir del hospital.
Sin embargo, si no lo aprueban, la institución los retendrá durante cinco años.
El médico lleva a los tres pacientes a lo alto de un trampolín con vista a una piscina vacía y le pide al primer paciente que salte.
El primer paciente salta de cabeza a la piscina y se fractura ambos brazos.
Luego, el segundo paciente salta y se fractura ambas piernas.
El tercer paciente mira hacia la borda y se niega a saltar.
¡Felicidades! Eres un hombre libre. Dime, ¿por qué no saltaste?
—preguntó el doctor.
A lo que el tercer paciente respondió: «Bueno, doctor, ¡no sé nadar!».