Todos los días pasaba por una casa un repartidor

Todos los días pasaba por una casa un repartidor de periódicos, el cual siempre que entraba al patio delantero a dejar el periódico,

encontraba a un niño que lo esperaba, y con la mano y el dedo apuntándole, le hacía:
– ¡Pum, pum, pum! -Simulando contra el repartidor-.


Esto era cosa de todos los días, todos los días. Pero un día el repartidor dijo:


– Ah no, hoy le voy a seguir el juego, porque ya me tiene cansado que todos los días me dispare, aunque sea de mentiras.


Entonces, llega al otro día, entra al patio, y observa que el niño está en el techo, entonces el repartidor le apunta con el dedo y dice:


– ¡Pum, pum, pum, y pum!


Cae el niño al suelo desde el techo, y entonces el repartidor asustado corre hacia él, y le dice:


– Niño, niño, ¿Estás bien?


El niño le responde medio inconsciente:
– ¡Yo nunca te tiré a !