Una noche, sentado en casa con su mujer, un hombre lanza cacahuetes al aire y se los lleva a la boca.
Mientras la pareja ve el último episodio de su programa favorito, el hombre pierde la concentración durante
una fracción de segundo y un cacahuete se le mete en la oreja. Intenta sacárselo, pero sólo consigue introducirlo hasta el fondo.
Tras varias horas de búsqueda infructuosa, la pareja decide ir al hospital, pero al salir por la puerta principal se encuentran con su hija que entra con su novio.
El novio toma las riendas de la situación; les dice que está estudiando medicina y que no se preocupen por nada. A continuación,
le mete dos dedos en la nariz y le pide que sople, y he aquí que la nuez sale disparada por la oreja y atraviesa la habitación.
Mientras la hija y su novio van a la cocina a por bebidas, el hombre y su mujer se sientan a hablar de su suerte. “Entonces”, dice la mujer, “¿qué crees que hará cuando termine la escuela? ¿Médico de familia o cirujano?
“Bueno”, dice el hombre frotándose la nariz, “por el olor de sus dedos, creo que será nuestro yerno