Había un padre que reunió a sus cinco hijos pequeños.
Mientras estaban sentados juntos en círculo en el suelo, el padre colocó un juguete en el medio.
Les explicó que había ganado este juguete como premio y quería dárselo a uno de ellos.
Les preguntó: “¿Quién es el más obediente?”
Cinco pares de ojos lo miraron.
Sintiendo que no entendían la palabra, preguntó:
“Bueno, ¿quién siempre obedece a mamá y hace todo lo que ella dice?”
Uno de los niños recogió el juguete y se lo entregó al padre. “¡Ganaste!” exclamó el niño.