Un niño de siete años y otro de cuatro años están arriba en su dormitorio.“
¿Sabes qué?”, dice el niño de siete años, “creo que ya es hora de que empecemos a maldecir”.
El niño de cuatro años asiente con la cabeza en señal de aprobación.”
Cuando bajemos a desayunar, primero voy a maldecir y luego tú lo jurarás después de mí, ¿vale?”
“Está bien”, asiente entusiasmado el niño de cuatro años.
La madre entra a la cocina y le pregunta al niño de siete años qué quiere desayunar.
“Oh, mierda, mamá, supongo que tomaré algunos Coco Pops”.¡¡
QUÉ HACK!! Se levantó volando de su silla, cayó por el suelo de la cocina, se levantó y corrió escaleras arriba llorando a mares.
Miró al niño de cuatro años y le preguntó con voz severa:
“¿Y qué quieres desayunar, jovencito?””No lo sé”, solloza, “pero no serán malditos Coco Pops”.