Mi esposo es ingeniero de profesión, lo amo por su naturaleza firme y me encanta la cálida sensación cuando me apoyo en sus anchos hombros.
Tres años de noviazgo y ahora, dos años después de casados, tengo que admitir que me estoy cansando.
Las razones por las que antes lo amaba, ahora se han transformado en la causa de todas mis inquietudes.
Soy una mujer sentimental y sumamente sensible en lo que respecta a una relación y a mis sentimientos, anhelo los momentos románticos, como una niña pequeña anhela un dulce.
Mi esposo es todo lo contrario, su falta de sensibilidad y la incapacidad de traer momentos románticos a nuestro matrimonio me ha desanimado respecto del amor.
Un día finalmente decidí contarle mi decisión: quería divorciarme.
“¿Por qué?” preguntó, sorprendido.
“¡Estoy cansado, no hay motivos para todo en el mundo!” Respondí.
Estuvo en silencio toda la noche, parece estar sumido en profundos pensamientos con un cigarrillo encendido en todo momento.
Mi sentimiento de decepción solo aumentó, aquí estaba un hombre que ni siquiera puede expresar su situación, ¿qué más puedo esperar de él? Y finalmente me preguntó: “¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión?”
Alguien lo dijo bien, es difícil cambiar la personalidad de una persona y supongo que he empezado a perder la fe en él.
Mirándolo profundamente a los ojos respondí lentamente:
“Aquí está la pregunta, si puedes responder y convencer a mi corazón, cambiaré de opinión. Digamos que quiero una flor ubicada en la ladera de un acantilado de montaña, y ambos estamos seguros de que recoger la flor causará tu muerte. , ¿lo harias por mi?”
Él dijo: “Mañana te daré tu respuesta…”. Mis esperanzas simplemente se hundieron al escuchar su respuesta.
Me desperté a la mañana siguiente y descubrí que se había ido, y vi un trozo de papel con su letra áspera, debajo de un vaso de leche, en la mesa del comedor cerca de la puerta principal, que dice…
“Querida, no recogería esa flor por ti, pero permíteme explicarte más las razones…” Esta primera línea ya me estaba rompiendo el corazón.
Continué leyendo.
“Cuando usas la computadora siempre estropeas los programas de software y lloras frente a la pantalla, tengo que guardar mis dedos para poder ayudar a restaurar los programas.
Siempre dejas las llaves de la casa, así que tengo que salvar mis piernas para correr a casa y abrirte la puerta.
Te encanta viajar pero siempre te pierdes en una nueva ciudad, tengo que guardar mis ojos para mostrarte el camino.
Siempre tienes calambres cada vez que tu “buen amigo” se acerca cada mes, tengo que guardar mis palmas para poder calmar los calambres en tu barriga.
Te gusta quedarte en casa y me preocupa que te contagie el autismo infantil.
Tengo que guardar mi boca para contarte chistes e historias para curar tu aburrimiento.
Siempre miras fijamente la computadora, y eso no hará nada bueno para tus ojos, tengo que salvar mis ojos para que cuando seamos viejos, pueda ayudarte a cortarte las uñas, y ayudarte a eliminar esos molestos pelos blancos.
Así también puedo tomar tu mano mientras paseas por la playa, mientras disfrutas del sol y de la hermosa arena… y decirte el color de las flores, tal como el color del brillo en tu rostro joven…
Así, querida, a menos que esté seguro de que hay alguien que te ama más que yo… no podría coger esa flor todavía y morir.
“
Mis lágrimas cayeron sobre la carta y borraron la tinta de su letra… y mientras continúo leyendo… “Ahora que has terminado de leer mi respuesta, si estás satisfecho, por favor abre la puerta principal porque estoy afuera trayendo tu pan favorito y leche fresca…”
Me apresuré a abrir la puerta y vi su rostro ansioso, agarrando con fuerza con las manos la botella de leche y la barra de pan….
Ahora estoy muy seguro de que nadie jamás me amará tanto como él, y he decidido dejar la flor en paz…
Así es la vida y el amor.
Cuando uno está rodeado de amor, el sentimiento de excitación se desvanece y uno tiende a ignorar el verdadero amor que se encuentra entre la paz y el aburrimiento.
El amor se presenta en todas las formas, incluso en las más pequeñas y descaradas, nunca ha sido un modelo, podría ser la forma más aburrida y aburrida.
Las flores y los momentos románticos sólo se utilizan y aparecen en la superficie de la relación.
Debajo de todo esto, se encuentra el pilar del amor verdadero… y esa es nuestra vida… El amor, no las palabras ganan las discusiones…