Llega un costeño de boca grande a tomarse una foto, y le dice al fotógrafo:
Quiero tomarme una foto, pero que no se me note la boca grande.
El fotógrafo le dice:
No se preocupe señor, yo le voy a decir cómo puede salir con la boca pequeña.
En cuanto yo le diga, ¡ya! usted dice rojo.
De acuerdo, dice el costeño.
Entonces el fotógrafo se prepara y dice:
¡Ya!
Y el costeño dice:
¡COLORAAAADO