Llega un circo a un pueblo, a la par de la iglesia hay un terreno vacio ideal para su montaje,
el alcalde del pueblo le dice al dueño del circo que tiene que hablar con el párroco para el permiso,
pero era domingo la gente en misa y en confesiones, así es que el dueño se las ingenia y se logra colar en el confesionario dejando atrás una cola de feligreses bastante larga.
Adentro del confesionario le dice al padre: padre quiero poner mi circo a la par de la iglesia,
el padre le dice que no porque los circos degradan la imagen y la mente de las personas, ya que traen mujeres casi desnudas.
El dueño le dice: no padre en mi circo solo actos de malabarismos y trapecistas tenemos, si quiere le demuestro.
Está bien le dice el padre, salgamos, salen del confesionario y el dueño le demuestra saltando hacia atrás,
cayendo en un candelabro de la iglesia, dando otro salto cae de cabeza en el altar,
luego salta de nuevo y se balancea en las cortinas y salta delante del padre, el padre le dice solo esto es , si contesta el dueño, entonces te doy el permiso hijo, gracias padre.
Se retira el dueño del circo y se queda el padre con el sacristán
y el padre le pregunta dónde esta toda la gente para confesión,
y el sacristán le contesta, padre ¿con esa penitencia que le puso a ese cristiano? que quiere que hiciera la gente.