Había una vez una señora algo pasadita de peso

Había una vez una señora algo pasadita de peso, va al baño y se queda clavada en la taza y grita desesperadamente:


-¡Vieeejo, ayúdame desgraciado, por dejar siempre levantada la tapa ahora me atoré. ayúdame maldito!
El marido llega y

el ve el asunto y no se puede aguantar la risa, a lo que la esposa responde:
-No te rias desgraciado, hay! ayúdame.-

El esposo llama a un plomero y ella le dice:
-Ya ves degraciado,

por tu flojera ahora el plomero va a ver mi desnudez, haber pásame esa texana (un sombrero vaquero)-

La esposa se lo pone en sus partes nobles y en eso llega el plomero y el esposo le dice:


-Que piensa señor plomero, va a poder resolver el problemita?- El plomero se razca la cabeza y dice:


-Pues a la gorda si la saco de la taza, pero yo creo que le vaquero ya chingó a su madre…