Esta mujer se apresura a ver a su médico, mirando muy preocupada y todo apurado.
Ella se ralentiza: “Doctor, mira a mí.
Cuando me desperté esta mañana, me miré en el espejo y vi mi cabello todo cableado y frazado,
mi piel estaba toda arrugada y pastosa, mis ojos eran sangrados y salpicados,
y tuve este aspecto de cadáver en mi cara! ¿Qué pasa conmigo, doctor?
El médico la mira por un par de minutos, luego tranquilo dice,
“Bueno, puedo decirle que no hay nada malo con su visión.”