Está el ligón de turno en la discoteca cuando de pronto ve una tía con un cuerpazo despampanante sentada en la barra.
Se acerca, le pone la mano en el hombro y le dice: -¡Qué! ¿Bailas?
La tía se da la vuelta,
dejando al descubierto un horripilante rostro que parece salido de una película de terror y le responde: –
¡Sí, sí, claro! A lo que el tío dice dándole unas en la espalda
-Así me.. me gusta,