Dos hombres sordos estaban hablando durante su pausa para el café acerca de haber estado fuera hasta tarde la noche anterior.
El primer hombre le hizo una seña a su amigo:
“Mi esposa estaba dormida cuando llegué a casa, así que pude colarme en la cama y no meterme en problemas”.
El segundo hombre sordo respondió con señas: “Chico, tienes suerte”.
Mi esposa estaba completamente despierta, esperándome en la cama,
y comenzó a insultarme y a regañarme por haber estado fuera tan tarde”.
El primer sordo preguntó: “Entonces, ¿qué hiciste?”
El segundo hombre sordo dijo con señas: “¡Apagué la luz!”