Era una vez un señor que por sus compromisos

Era una vez un señor que por sus compromisos económicos se le hacia difícil conciliar el sueño, un día la perturbada esposa,

por todo lo que estaba pasando una noche se despierta y ve que el esposo está en la sala pensando y le pregunta:


Mi amor, ¿Qué es lo que te pasa?
El esposo le comenta:


Es que para mañana tengo que pagarle al vecino una suma grande de dinero que me prestó para pagar unas cuentas pendientes, y no tengo como pagárselo,

¿Eso te parece poco?
La esposa le dice:


Pues mira mi amor, es hora de que te quites esa preocupación, regreso ahora.
La esposa se dirige a una ventana y llama al vecino:
¡Vecino!


Contesta el vecino desde su cama todo dormido:
Dígame vecina.
Contesta ella:


Oiga, mi marido no tiene dinero para pagarle lo que le debe y no sabe cuándo lo pueda conseguir.


Regresa la señora con su esposo y dándole una palmada en la espalda le dice:
Mi amor, ven, duerme tranquilo que ahora el que no va a poder dormir será el vecino.