En un cementerio de Mexico

En un cementerio de México, mientras todos ofrendaban flores y lloraban a sus muertos,

Pepito sollozaba, al tiempo que ponía un plato de arroz, como ofrenda para su muertito.

Un mexicano que lo veía de reojo le preguntó en tono de burla:
¿A qué hora sale a comer su arroz el difunto?


Pepito con seriedad contesta:
A la misma hora que el tuyo sale a oler las flores.