El pequeño Johnny y su abuela estaban de compras en unos grandes almacenes.
El pequeño Johnny quería ir al departamento de juguetes, pero la abuela dijo que primero tenían que pasar por el departamento de ropa de mujer.
Obviamente no podía esperar tanto, y la siguiente vez que su abuela se dio la vuelta ya no estaba.
Ella entró en pánico y lo buscó por todas partes, pero había desaparecido.
Finalmente, fue al mostrador de atención al cliente con la intención de que anunciaran su nombre por el sistema de megafonía.
Para su alivio, él ya estaba allí esperándola.
La mujer en el escritorio dijo:
“Quería que anunciáramos su nombre por el sistema de megafonía, pero no sabía cuál era su nombre
Le preguntamos cómo te llamaba su papá y respondió ‘mamá’, luego le preguntamos cómo te llamaba el abuelo y respondió ‘azúcar’.
Ya casi no teníamos preguntas para él cuando otra señora sugirió que su nuera podría llamarlo por su nombre de pila.
“Nos alegramos mucho de verte aparecer en el escritorio”, continuó.
“Porque cuando le preguntamos cómo te llamaba su mami, ¡se nos acabaron las ideas!”
“Bueno”, preguntó con curiosidad la abuela del pequeño Johnny,
“¿Que dijo el?”
“Él dijo”, respondió ella,
“¡Que su madre te llamó ‘PERRA’!