El legendario zorro estaba pegando un tarro con una mujer que vivía en un cuarto piso,
y por seguridad dejaba su caballo negro abajo de la ventana de la habitación y cuando tocaban a la puerta la mujer decía,
ay ese es mi marido, inmediatamente el zorro se lanzaba por la ventana, quedaba montado sobre su caballo
y escapaba. Así era todas las noches
Una noche en el mejor momento tocan a la puerta desesperadamente la mujer dice, ay ese es mi marido, el zorro sale corriendo
y se lanza por la ventana, la mujer se levanta abre la puerta y…
era el caballo que dice
Oiga dígale al zorro que subí porque estaba lloviendo