Había un científico que trabajaba en la oscuridad durante años con experimentos peculiares con arañas.
Después de años y años, colocó un anuncio en varias revistas académicas para que la comunidad supiera que iba a presentar un programa en vivo para demostrar sus hallazgos.
Cientos de personas asistieron al evento más por curiosidad que por otra cosa, ya que los detalles de los hallazgos se mantuvieron en secreto.
El hombre mismo deambuló por el escenario y silenció los murmullos.
‘Hoy voy a demostrar dos cosas. La primera es que las arañas pueden comprender y responder a órdenes básicas.
La multitud se rió y abucheó, pero sin inmutarse, abrió una caja en su escritorio y salió una araña.
‘Araña, camina a la izquierda’
La araña se movió a su izquierda. La multitud fue silenciada.
‘Spider, muévete a la derecha’.
La araña se movió a la derecha.
La multitud jadeó.
Adelante, atrás, la araña respondió una y otra vez.
La multitud aplaudió con asombro.
Luego, el científico quitó todas las patas de la araña.
La multitud, confundida por esto, miraba en silencio.
‘Mover hacia la izquierda’
La araña no se movió.
‘Mover a la derecha’
Nada. Adelante, atrás, sin respuesta.
Esto es para demostrar mi segundo hallazgo. Una vez que le quitas las patas a una araña, se queda sorda.