Una madre lleva al médico a su hijo.
Cuando entran consulta, el médico ve que al niño le faltaba un brazo,
rengueaba,
era tuerto, encorvado, le faltaba una oreja y la mitad de la nariz,
Entonces le dice a la madre:
– Desnúdese y acuéstese en la camilla.
Mientras tanto el médico comienza a sacarse el delantal.
La madre, sorprendida, dice:
– Usted se equivoca.
El enfermo es mi hijo
Y el médico le dice:
– Eso lo sé. Pero vale más hacer uno nuevo que reparar éste.