El cerebro femenino funciona por una tangente diferente al masculino.
Anoche estaba sentado en la sala hablando con mi esposa sobre la vida.
En el medio, hablamos sobre la idea de vivir o morir.
Le dije: “Nunca me dejes vivir en estado vegetativo, totalmente dependiente de máquinas y líquidos de una botella.
Si me ves en ese estado, quiero que desconectes todos los artilugios que me mantienen con vida. ¡Preferiría morir!
Mi esposa se levantó del sofá con una verdadera mirada de admiración hacia mí y procedió a desconectar la TV Cable y DVD,
luego la Computadora, el Celular, el iPod y la Xbox.
Y luego fui al bar y tiré todo mi whisky, ron, ginebra y vodka y la cerveza de la nevera…