Dos amigos que van todos los fines de semana juntos de acampada,
pero un día deciden ir cada uno por su cuenta y así poder contarse al llegar la noche que tal les había ido el día.
Cuando por fín cae la noche y se encuentran, le pregunta el uno al otro:
– Bueno, ¿cómo has pasado el día?
– Pues mira… ¿ves ese camino?… lo he seguido. Me he encontrado un riachuelo y he ido caminando a su vera… al final he llegado a un lago enorme…
de aguas cristalinas…. me he bañado… me he secado al sol….
he observado a las mariposas… jugado con los cervatillos…. La verdad, ¡ha sido genial! ¡maravilloso!. ¿Y a ti? ¿Cómo te ha ido??
– Pues… ¿ves ese camino? Ése es el que he cogido yo… Más adelante me he topado con la vía del tren; la he seguido y he visto una tía atada…
¡Bueno! ¡Ha sido genial Lo hicimos de todas las maneras habidas y por haber… Bueno, en mi vida lo he hecho tanto.
– No jorobes.. ¿y te la chupo?
– Eso es lo malo… que no encontré la cabeza