A un importante banquero se le presenta el pretendiente a pedir la mano de su hija y le dice
-Yo amaría a su hija aunque no tuviera un céntimo-
-¿Eso es cierto?- le responde el banquero.
El pretendiente responde:
-Se lo juro-
Le vuelve a preguntar el banquero:
-¿Esta bien seguro?-
El responde:
-Sí, señor estoy bien seguro-
-Benito- Dice el banquero dirigiéndose al mayordomo.
Y luego continúa
-Acompaña a ese señor a la puerta, no quiero idiotas en mi familia