Un día, un león estaba durmiendo frente a su cueva.
En ese momento, un pequeño ratón que jugaba cerca, por casualidad, corrió sobre el cuerpo del león.
El león se despertó muy enojado y comenzó a buscar quién había interrumpido su sueño.
Encontró al pequeño ratón cerca y dijo: “¿Cómo te atreves a burlarte de mí?” “Te voy a matar.”
El ratón suplicó por su vida.
Dijo: “Su Majestad, soy una criatura diminuta”.
Si matas a una criatura pobre como yo, no te traerá ningún honor.
“Salva mi vida esta vez.”
Por compasión, el león dejó ir al ratón.
El León y el RatónAlgunos días después, el león fue atrapado en la red de un cazador.
El león lo intentó con todas sus fuerzas, pero no pudo salir.
Comenzó a rugir.
El ratón oyó el rugido del león.
De inmediato llegó a la red y dijo: “Su Majestad, por favor, esté completamente
Morderé las cuerdas de la red con mis pequeños dientes afilados.
“Entonces serás liberado.”
El ratón cortó la red en pedazos con sus dientes y liberó al león.
El león dijo: “Querido pequeño amigo, muchas gracias, me has salvado la vida.”
La moraleja de la historia:
Ser amable con alguien nunca es una pérdida.