Un anciano en su lecho de muerte que confiesa a su mujer que

Esto es un anciano que se encuentra en el lecho de muerte y le confiesa a su mujer:

-Mariángeles, cariño, recuerdas aquella asistenta que teníamos en casa en el año 65?

-Si, claro, se llamaba Olga, no?

-Bueno, pues tengo que confesarte que aquel cuerpo fue mio.
y tu recuerdas también a la panadera del barrio en el que vivimos cuando nació nuestro primer hijo?

-Sf, Josefína se llamaba.

-Bueno, también ese cuerpo fue mio. Y te acuerdas de Julia, la enfermera que tan bien te cuidaba de día y de noche cuando caíste enferma hace 20 aios?

-Si, sí, me acuerdo.

-Pues debo confesarte que tarmbién aquel cuerpo fue mio.

La mujer entonces le pregunta: ¿Has acabado, cariño?

Y éste:

-Si, no tengo nada mis que confesarte.

Y ella entonces le dice:
-Recuerdas cuando vivíamos enfrente del parque de bomberos?

Bueno, PUES TODO AQUEL CUERPO FUE MIO