Un técnico en comunicaciones reclutado por el ejército se encontraba en un campo de tiro.
En el campo de tiro, le dieron algunas instrucciones, un rifle y 50 balas.
Realizó varios disparos al objetivo.
El informe llegó desde el área objetivo de que todos los intentos habían fallado por completo en el objetivo.
El técnico miró su arma y luego al objetivo.
Miró de nuevo el arma y luego otra vez al objetivo.
Luego puso el dedo sobre el extremo del cañón del rifle y apretó el gatillo con la otra mano.
Le volaron la punta del dedo, tras lo cual gritó hacia el área objetivo: “¡Se está yendo de aquí muy bien, el problema debe estar en tu extremo!”