Había una pareja a la que le encantaba hacer proyectos de bricolaje juntos.
Un día decidieron construir una estantería.
El marido anunció con orgullo:
“Yo me encargaré de la carpintería”, mientras que la mujer declaró:
“Yo me encargaré de la pintura”.
Después de unas horas de martillear y pintar, se pararon para admirar su creación.
El marido dijo: “Cariño, esta estantería representa nuestro amor: robusta y fuerte”.
La mujer contestó: “Sí, ¡igual que nuestras discusiones sobre de qué color pintarla!”.