Una rubia entra a una tienda para comprar un televisor nuevo
Mira un rato a su alrededor y encuentra el televisor perfecto para ella.
Se acerca al vendedor y le dice: “Me gustaría comprar este televisor”.
El vendedor dice “lo siento, no podemos venderte esto de buena fe, no creo que sepas lo que estás buscando”.
Molesta, la rubia sale furiosa y piensa:
“Él no me quiere vender el televisor porque soy mujer y cree que necesito que un hombre elija por mí, se lo mostraré”.
Ella va y compra un disfraz con una peluca de pelo corto y bigote falso y luego regresa a la tienda vestida como un hombre.
Mira a su alrededor, encuentra su televisor nuevamente y lo acerca al mostrador.
Con su mejor voz masculina, dice: “Buenas noches señor, me gustaría comprar este televisor”.
El vendedor ve a través de su disfraz y dice “¿no eres la mujer rubia de antes? Te dije que no te venderé esto”.
La rubia se enoja y sale furiosa una vez más pensando para sí misma “¡Entonces no me venderá el televisor porque soy rubia, imagínate!
¡Regresaré y conseguiré ese televisor!
Ella va a un salón local, se tiñen el cabello y las cejas de moreno y una vez más regresa a la tienda. Toma su televisor, lo pone sobre el mostrador y dice:
“Me gustaría comprar este televisor”.
El vendedor golpea el mostrador con las manos y dice:
“¡Señora, escuche, no puede seguir viniendo aquí e intentando comprar esto!”.
Confundida la rubia dice “¿Cómo supiste que era yo?
Viste a través de ambos disfraces, ¿eres una especie de detective?
El vendedor responde: “
¡Sé que eres tú porque has estado intentando comprar un microondas todo el día, no un maldito televisor!”.