Una lluviosa tarde de domingo, una joven pareja se dirigía a su iglesia para casarse.
De camino, su coche perdió el control y chocó contra un poste telefónico, matando a ambos al instante.
La pareja se encuentra frente a San Pedro, en la Puerta del Cielo, que les da la bienvenida.
La joven pregunta a Pedro si podrán casarse en el Cielo, ya que su estancia en la Tierra se ha visto interrumpida.
Pedro le responde que ya se lo dirá.
Un mes más tarde, San Pedro los encuentra y les anuncia que, efectivamente, pueden casarse en el Cielo.
Para su sorpresa, la mujer le pregunta: “Si las cosas no funcionan, ¿podremos divorciarnos?”.
Con una mirada severa, Peter suelta: “Mire, señora, he tardado un mes en encontrar un predicador aquí arriba”…
“¿De verdad cree que voy a encontrar un abogado?”.