Un hombre cabalga sin rumbo por el desierto en un burro. No tiene hambre ni sed, porque tiene un cuenco de fruta sin fondo.
Deambula durante aproximadamente una semana y finalmente se vuelve bastante lujurioso.
Llega al punto en que no puede soportarlo más.
Así que decide intentar hacer negocios con el burro. Se baja los pantalones y se coloca debajo del burro.
Pero, para su consternación, el burro se aleja. Solo un poco desanimado, el hombre decide intentarlo de nuevo.
Camina hacia donde está parado el burro, se coloca debajo del burro y, justo antes de ir a por él, el burro se aleja nuevamente.
Ahora el hombre se está frustrando.
Mientras se prepara para su tercer y último intento, ve una visión.
Una hermosa y ardiente mujer aparece de la nada. Ella se acerca al hombre atónito, quien hasta hace poco creía que era la única persona en cientos de millas.
Ella le sonríe y le dice: “Haría cualquier cosa por ese plato de frutas que tienes”. “¿Cualquier cosa?”
dice, bastante emocionado. “Si cualquier cosa.” ella responde. Entonces él dice: “¿Sostendrás el burro?”