Mientras viajaba por el campo en su automóvil, un hombre escucha que el motor tartamudea un poco,
por lo que decide detenerse y mirar dentro del capó.
“¿Será la ojiva?” él se pregunta.
Una voz detrás de él responde: “¡Es el distribuidor!”
Se da la vuelta sorprendido, pero no ve a nadie; cerca solo hay un caballo pastando.
Se inclina de nuevo sobre el motor tratando de entender la naturaleza del problema y se dice: “¿Serán algunas bandas de cilindros?”
Nuevamente una voz detrás de él: “¡Es el distribuidor!”
¡Se da la vuelta abruptamente y se da cuenta de que el caballo está hablando!
Así que echa a correr rápido y cuando llega al primer bar del pueblo exclama:
“Hay que avisar a los periódicos, a la tele… ¡una cosa increíble! Mientras revisaba el motor de mi coche averiado escuché un voz que dice:
‘¡Es el distribuidor!’ ¡Me di la vuelta y vi a un animal hablando!”.
Un anciano cercano le pregunta: “¿Qué era? ¿Un caballo?”
“¡Sí! ¡Un caballo!”
Y el anciano: “¿Con una estrella blanca en la frente?”
“¡Sí exactamente!”
Y el viejo: “¡Pero ese tipo no entiende nada de motores