Un ratoncito que vive en una bodega tiene sed y descorcha una damajuana de vino para beber algo,
pero acaba cayendo en ella. Poco después pasa un gato y el ratón le grita
“Gato, gato, ayúdame por favor, prefiero que me comas tú que morir ahogado en vino”.
El gato no repite la cosa dos veces y saca al ratón. , que da un salto rápido y corre hacia su guarida.
“Lo siento, ¡¿pero no nos quedamos que debería haberte comido?!”
pregunta el gato.
Y el ratón: “¡Sabes, cuando no estás lúcido, prometes muchas cosas.