La mamá va a salir de compras y el hijo pequeño se debe quedar solo en casa por un momento, así que la mamá le dice:
No le abras la puerta a nadie hasta que yo regrese, a nadie.
Y le insiste para asegurarse de que no lo va a hacer.
Cuando la madre ya se ha ido, suena la puerta y el niño, asustado y nervioso,
mira a un lado y a otro, se pone detrás de la puerta, respira profundo, engruesa la voz y grita con gesto intimidante:
¿Quién, está, tocando, la peta?