Estaban dos amigos en el velorio de uno de sus vecinos,
uno de cada lado del ataúd, y le dice uno de ellos al otro, como susurrando
¿Qué pasó, cuándo vas a pagarme los $100.000 que te presté hace dos meses.
El otro se queda sorprendido, y le dice
Pero, si ya te los mande.
¿A mí?, contesta su interlocutor, más sorprendido aún, y con quién.
El otro le hace un gesto con sus labios echándolos hacia delante señalando al difunto.