MANUEL se despierta en casa con una resaca monumental.
Se esfuerza en abrir los ojos, y lo primero que ve es un par de aspirinas y
un vaso de agua en la mesita de noche.
Se sienta y ve su ropa toda bien limpia y planchada frente a él.
Manuel mira alrededor de la habitación y ve que todo está en perfecto orden
y limpio. El resto de la casa está igual.
Toma las aspirinas y ve una nota sobre la mesa:
“Cariño, el desayuno está en la cocina, salí temprano para hacer unas
compras. Te quiero.”
Así que va a la cocina, y ahí estaba el desayuno y el periódico del día
esperándole.
Su hija también está en la mesa, desayunando.
Manuel le pregunta,
“¿Hija , qué pasó ayer por la noche?”
Su hija le contesta:
“bien, pues volviste después de las 3 de la madrugada, borracho.
Rompiste
algunos muebles, vomitaste en el pasillo y te pusiste un ojo morado cuando
te diste contra la puerta.”
Confundido, Manuel pregunta:
“¿Y cómo es que todo está tan limpio y ordenado, y el desayuno esperándome
en la mesa?”
Su hija contesta:
“Ah, eso!… Mamá te arrastró hacia el dormitorio y cuando intentó sacarte
los pantalones, tú gritaste:
¡¡¡… “SUÉLTAME MALDITA MUJER … SOY CASADO.