Aparece un aviso clasificado en el periódico, “se necesita verdugo; interesados presentarse el día jueves”.
El día jueves, aparecen tres personas, dos hombres y una mujer.
De pronto se escucha una voz, “pase el primero”.
El hombre entra, la voz dice, “al frente suyo hay una puerta, detrás de ella hay una
en una mesa, y está su esposa atada en una silla, entre, y el puesto será suyo”.
El hombre dijo, “no puedo, no soy capaz”. Entonces la voz le dijo, “puede retirarse, usted no sirve para este empleo, pase el siguiente”.
Entró el segundo hombre muy decidido, la voz repitió, “al frente suyo hay una puerta,
detrás de ella hay una en una mesa, y está su esposa atada en una silla, entre y , y el puesto será suyo”.
El hombre entró, tomó la y se puso a llorar. Entonces la voz dijo, “Váyase, usted no sirve para esto, pase el siguiente”.
Entonces entro la mujer, la voz le dijo, “al frente suyo hay una puerta,
detrás de ella hay una en una mesa, y está su esposo atado en una silla, entre, dispárele y el puesto será suyo”.
empezaron a sonar golpes, quejidos, vidrios rotos.
Y así, se demoró un tiempo, cuando de pronto sale la mujer toda llena de sangre y dice:
¡Me hubieran dicho que las balas eran de salva, me toco a sillazos!